El Nº 2 del Draft: sin vida más alla de Kevin Durant

El draft de la NBA supone uno de los mayores alicientes temporada tras temporada, ya que encontramos numerosas elecciones que acaban marcando la historia de una franquicia, tanto para lo bueno como para lo malo.  Aquellas franquicias que copan las primeras plazas en el orden de elección se frotan las manos ante los nuevos talentos con los que están dispuestos a apostar su futuro.

El hecho de poseer una de las elecciones más altas facilita la posibilidad de elegir a uno de los jugadores con mayor proyección, pero también implica que ese jugador sea observado con lupa durante el transcurso de su carrera por lo que, si éste resulta ser un fracaso, la franquicia que lo eligió habrá desechado una oportunidad única.

Aunque no hay nada peor  y que quede más marcado en el historial de una franquicia que malgastar una primera elección (jugadores como Kwame Brown, Michael Olowakandi o Anthony Bennet son auténticas pifias), lo cierto es que la segunda elección tiene también un historial con el que llevarnos las manos a la cabeza (Sam Bowie o Darko Milicic son los casos más sonados) y si nos ponemos a analizar a los jugadores que han salido en esa posición durante los diez últimos años, apenas encontramos alguno que realmente haya alcanzado las expectativas.

Curiosamente, hace diez años Kevin Durant se había proclamado ‘rookie’ del año en los extintos Seattle Supersonics, tras ser elegido en el número dos del draft de 2007 y marcando el inicio de su, hasta la fecha, histórico legado. Sin embargo, desde la irrupción de ‘Durantula’, apenas hay jugadores cuya trayectoria haya sido exitosa hasta la fecha y para demostrarlo, vamos a echar un vistazo a sus números y su recorrido.

1º Michael Beasley (Draft de 2008):

  • Equipo actual: Los Angeles Lakers
  • Ha jugado para otros seis equipos (Heat, Timberwolves, Suns, Rockets, Bucks y Knicks) e incluso jugó varios meses en China.
  • Mejor temporada: 2010/11 con los Wolves (19,2 puntos, 5,6 rebotes y 2,2 asistencias en 73 partidos).

Es increíble como la mala cabeza y la falta de actitud han privado al enorme talento baloncestístico que es Michael Beasley de ser una superestrella de la liga. Capaz de alternar las posiciones de ‘3’ y ‘4’, en su único año en la universidad de Kansas State, dominó la zona y eso le valió para ser drafteado por los Heat por delante de jugadores como Westbrook o Kevin Love. La llegada de Lebron James a South Beach en el verano de 2010 propició su salida rumbo a unos Timberwolves inmersos en la mediocridad, pero que lucían como el escaparate idóneo para Beasley y así lo demostró en su primera temporada. No obstante, una lesión en su pie en la 2011/12 y los numerosos problemas extradeportivos arrastrados desde su llegada a la NBA (posesión de marihuana e incluso una agresión sexual) empezaron a marcar la caída de este jugador. Fue entre 2015 y 2016 cuando Beasley jugó en la liga china y comenzó a sentar la cabeza ante la posibilidad de que su carrera acabara allí y tras ser nombrado MVP, fue repescado por los Houston Rockets con los que firmó grandes actuaciones desde el banquillo. Desde entonces Michael Beasley no ha sido más que un jugador de rotación caracterizado por su descomunal talento anotador y su poca actitud defensiva y falta de concentración y tras volver a dejar destellos de su calidad en los Knicks, recala al lado de Lebron en Lakers con el fin de pelear por un anillo y poder así dar un nuevo giro a su carrera.

Cabe decir que yo me ilusioné con la elección de Beasley para Miami porque el posible ‘tándem’ que Wade y él hubiesen formado habría sido un espectáculo y más teniendo en cuenta el nivel al que jugó ‘Flash’ durante esos años. Incluso viendo algún partido suelto con los Timberwolves o recientemente con los Knicks no puedo más que sentir rabia por la facilidad con la que puede anotar sin haber necesitado para ello un ápice de disciplina y orden en la cabeza.

2º Hasheem Thabeet (Draft de 2009):

  • Equipo actual: sin equipo
  • Media de 10,5 mpp en toda su carrera
  • Empezó a jugar al baloncesto a los 15 años y lleva desde los 26 sin jugar en la NBA.

Puede que el caso de Thabeet no sea tanto como un fracaso, sino el caso de un jugador a medio formar y sobre el que se generó un cúmulo de falsas expectativas y al que todo le vino de golpe y demasiado rápido. Tan sólo con 15 dejó de practicar el fútbol para comenzar su andadura en el mundo de la canasta y en tan solo dos meses ya estaba cruzando el charco, para que tres años después fuera seleccionado por los Memphis Grizzlies y por delante de; ni más ni menos, que James Harden, Stephen Curry o Demar Derozan entre muchos otros, lo cual hace más sangrante su elección.

Lo cierto es que cuando se declaró elegible para el draft, había muchas dudas en torno a él debido a su nula capacidad defensiva y su físico endeble, pese a que se prodigó en la universidad como un excelso taponador. Más extraño resulta su elección por los Grizzlies cuando ni siquiera había realizado entrenamientos con ellos y la franquicia contaba ya con dos jugadores de segundo año como Marc Gasol y Darrel Arthur, más el fichaje de Zach Randolph. Su prematura llegada a la NBA impidió ver a un Thabeet plenamente formado y adaptado al baloncesto profesional, por lo que jamás llegó a contar para sus equipos.

El propio Thabeet declaró hace dos años en una entrevista a Marc Spears acerca de su experiencia en la NBA, reprochando la falta de paciencia y la ausencia de oportunidades que tuvo, añadiendo que ahora es un jugador más preparado tanto física como técnicamente. De hecho, Kevin Durant coincidió con él en los Thunder durante dos temporadas y afirmó que: “Es uno de los que más duro trabajan de lejos y una de las mejores personas que conozco. Es uno de los mejores compañeros que he tenido”.

Para quien le interese más sobre la historia de Thabeet, os dejo el enlace a su entrevista con Marc Spears en 2016. Merece la pena echarla un vistazo y conocer su historia: https://theundefeated.com/features/nba-or-bust-hasheem-thabeet-refuses-to-give-up-on-going-back-to-the-league/

 

 

3º Evan Turner (draft de 2010):

  • Equipo actual: Portland Trail Blazers
  • Promedia un 30,1% en triples en toda su carrera
  • Mejor temporada: 2013/14 con los Sixers (17,4 puntos, 6 rebotes y 3,7 asistencias en 54 partidos, siendo traspasado a mitad de temporada a los Pacers)

Allá por el verano de 2010, muchos equipos veían como un modelo de jugador parecía ser sinónimo de éxito: bases/escoltas anotadores y explosivos gracias a unas condiciones físicas increíbles, capaces de dominar por medio de transiciones y entradas a canasta (‘prime’ Dwyane Wade y jóvenes como Derrick Rose y Russel Westbrook). Es por ello que John Wall se postulaba como favorito a ser el número uno, pero muchos veían con posibilidades a Evan Turner; ganador del trofeo Naismith en la NCAA y con una versatilidad tremenda con la que ocupar las tres posiciones perimetrales en la cancha. Es así como los Sixers decidieron escogerle por delante de Demarcus Cousins, Paul George, Gordon Hayward o Eric Bledsoe. Sin embargo, la presencia de Jrue Holiday, Andre Iguodala y Lou Williams llevó a Turner a no tener el balón en sus manos, poniendo en evidencia sus graves carencias ofensivas.

Pese a poder jugar en cualquiera de las tres posiciones exteriores, Turner nunca ha sido un jugador que destaque por su explosividad (durante la universidad tuvo una horrible lesión en su espalda que le fracturó varios huesos lumbares), ni por su capacidad para mejorar su tiro exterior durante sus ocho años de carrera. (el máximo que ha promediado de triples es un 37%). Estas limitaciones han impedido a Turner llegar a ser una estrella de la liga, aunque ha conseguido demostrar ser un jugador de rotación muy válido, tanto en su etapa en los Celtics como ahora en los Blazers, capaz de ayudar a bases de perfil anotador en las labores de dirección y usando su versatilidad para defender varias posiciones. Eso sí, su contrato firmado en el verano de 2016 por cuatro años y 70 millones le ha colocado en la lista de transferibles de su equipo.

4º Derrick Williams (draft de 2011):

  • Equipo actual: Bayern de Munich (compiten en Euroliga este año)
  • Ha pasado por cinco equipos en seis años de carrera en la NBA
  • Mejor temporada: 2012/13 con los Timberwolves (12 puntos y 5,5 rebotes en 24 minutos de juego)

De manera previa al draft de 2011, muchos veían a Derrick Williams como número uno del draft después de salirse en su periplo en la universidad de Arizona alternando las posiciones de ‘3’ y ‘4’ gracias a sus capacidades atléticas para imponerse en la zona y un más que aceptable tiro de tres; además, Kyrie Irving era el otro candidato habiendo jugado sólo once partidos a causa de una lesión durante su año en Duke.

 Ser drafteado por Minessota supuso para Williams la lucha por un puesto de alero marcado por la gran competencia que había con jugadores como Michael Beasley, Wesley Johnson o Anthony Tolliver y Williams desde un principio demostró no tener el tamaño suficiente para jugar en el poste ni la velocidad para atacar y defender desde el perímetro. Así es como pronto se empezó a observar que ese dominio y abuso sobre sus rivales mostrado en la universidad, no se reflejó de forma constante ante rivales de mayor tamaño y dureza al igual que su tiro exterior, lejos de aquel 57% en triples durante su última temporada en el ‘college’.

Esa falta de consistencia y un escaso CI baloncestístico han convertido a Williams en un joven trotamundos dejando flashes en forma de ‘highlights’ de lo que este jugador habría apuntado a ser. Ya con experiencia en la liga china, juega ahora en el Bayern de Munich en donde espera volver a reencontrarse con su versión universitaria más dominadora.

5º Michael Kidd-Gilchrist (Draft 2012):

  • Este año el 5,3% de los tapones de su equipo llevan su firma, así como el 10,6% de los rebotes ofensivos. Cifras superiores a las de pívots como Joel Embiid.
  • Promedia un 22,5% en triples en toda su carrera
  • Mejor temporada: 2016/17 con los Charlotte Hornets (9,2 puntos, 7 rebotes, 1 robo y 1 tapón en 81 partidos). Creo que aún está por ver su mejor versión.

Creo que fue una de las elecciones que menos entendí en su época. Charlotte Hornets venía de hacer la peor temporada de la historia de la NBA con un balance de 7-59 y su única baza para el futuro era Kemba Walker, quien comenzaba su segunda temporada en la NBA, por lo que los Bobcats necesitaban adquirir a otra estrella o a un jugador con posibilidades para ello. Evidentemente el objetivo era Anthony Davis, cuyo potencial de superestrella conocía límites y a día de hoy aún se trata de averiguar cuál es su techo; desafortunadamente, Charlotte se tuvo que conformar con la segunda posición y draftearon a Kidd-Gilchrist, quien procedía de la universidad de Kentucky campeona de la NCAA gracias, entre otras cosas, a su aportación.

Lo que muchos vieron en él fue su enorme capacidad atlética, sus grandes condiciones como defensor y la esperanza de que consiguiera desarrollar tanto su tiro como su juego de uno contra uno, convirtiéndole en lo que hoy en día observamos en jugadores como Kawhi Leonard, Andre Iguodala o Jimmy Butler. El problema es que Kidd-Gilchrist realmente tenía serios problemas en el tiro y a eso le añades un calvario de lesiones en sus inicios que le han impedido desarrollarse.

 

No obstante, este jugador no es ni mucho menos un fracaso, su defensa, capacidad reboteadora y juego sin balón influyen de manera positiva en el juego y los resultados de los Hornets lo cual se asemeja al caso de un jugador como André Robertson, quien se antoja fundamental en la lucha por el trono del oeste de los Thunder a pesar de su nula aportación ofensiva. De hecho, no hay duda de que Kidd-Gilchrist va a tener una carrera larga y aceptable en la NBA y si consiguiese formar parte de un equipo con mayores aspiraciones, sería un jugador mucho más reconocido y valorado. Además, cabe recordar que aún tiene 25 años y es su séptima temporada en la NBA, por lo que su techo como jugador aún está por ver.

6º Victor Oladipo (draft de 2013):

  • Equipo actual: Indiana Pacers
  • La pasada campaña fue ‘all-star’ y elegido como el jugador más mejorado de la temporada
  • Pasó de un 13,6 de PER en su año con los Thunder a un 23,1 el año pasado en los Pacers.

Toda una grata sorpresa fue el temporadón que Oladipo y los Pacers nos regalaron este último año cuando prácticamente nadie garantizaba el éxito a un equipo que durante el verano se había desprendido de su jugador franquicia a cambio de un europeo cuyo primer año no había sido nada del otro mundo como Domantas Sabonis y un Victor Oladipo que, tras sus cuatro primeras temporadas parecía que su camino a ser una estrella en la NBA no iba a llegar nunca.

Sus tres primeros años en los Orlando Magic dejaron muestra de su potencial como atleta y jugador asiduo a los ‘highlights’, así como un jugador con una mentalidad competitiva y descarada tal y como mostraba su juego. No obstante, todo su empeño no bastó en su etapa en Florida alternando actuaciones destacadas con otras muy desacertadas en el tiro y con numerosas pérdidas y eso hizo que los Magic dudaran de su potencial como jugador franquicia llegando a sacarle desde el banquillo como sexto hombre. La marcha a OKC compartiendo minutos en pista con Russel Westbrook no ayudó a Oladipo a poder explotar todo su juego ya que acabó siendo un mero ejecutor de las jugadas iniciadas por el jugador franquicia de los Thunder, cuando ‘Dipo’ siempre ha necesitado tener el balón en sus manos.

Por suerte para él, su traspaso a Indiana le ha permitido volver a casa y estar en los mandos de una franquicia que ha encarnado el espíritu valiente y competitivo del escolta, convirtiéndose en la revelación de la temporada pasada con un bloque sólido y profundo y que, además, posee suficiente margen salarial para complementar a su nuevo ídolo en la lucha por el trono de la conferencia este. Es ahora cuando Victor Oladipo está empezando a demostrar su condición de número dos del draft y dar la razón a aquellos que en su día le compararon con Dwyane Wade.

7º Jabari Parker (draft de 2014) :

  • Equipo actual : Chicago Bulls
  • Se ha roto dos veces el ligamento cruzado de su rodilla izquierda

De todos los ‘número dos’ vistos hasta ahora, este es hasta la fecha el caso más castigado por las lesiones. Un prototipo de Carmelo Anthony por su facilidad para anotar desde la media distancia, pero sumado a un mejor físico que el del diez veces ‘all-star’. Apuntaba a ser el faro de unos Bucks que venían de realizar la peor temporada de su historia con sólo 15 victorias y tan sólo contaban con un Giannis Antetokounmpo del que nadie esperaba semejante desarrollo en los años posteriores. También fue inesperada la irrupción de Kris Middleton, aportando más tiro exterior y defensa que Parker, así como una mayor sintonía con Giannis en cancha.

De entre las dos roturas de ligamento sufridas por Jabari, la segunda en 2017 ha sido la más desafortunada ya que se produjo cuando éste se encontraba en su mejor momento y frenó de seco su progresión e importancia en el equipo. Visto como los Bucks se desenvolvieron sin él con la aportación de jugadores como Brogddon, Thon Maker y la llegada de Bledsoe durante la pasada campaña, Jabari Parker quedó relegado al rol de sexto hombre y tras una campaña volviendo a recuperar sensaciones tras su lesión, Milwaukee decidió no arriesgar en su físico, cosa que a mí parecer resulta lógico considerando la oferta que Chicago Bulls realizó.

Ahora Jabari tiene la oportunidad de relanzar su carrera al estrellato jugando para su equipo natal, el cual tiene un plantel con muy buenas perspectivas de futuro. No obstante, me muestro reacio a creer que este jugador llegue a ser una superestrella de la liga, ya que tanto en su anterior equipo como en el actual, hay jugadores que presentan una mayor proyección como jugador franquicia y eso relega a Jabari a un puesto de segundo o tercer espada y sin quitarle el ojo a su rodilla izquierda.

8º D’Angelo Russell (draft de 2015) :

  • Equipo actual : Brooklyn Nets
  • Acaba su contrato ‘rookie’ este verano y todo apunta a que Brooklyn esperará a las ofertas de otros equipos
  • Mejor temporada: 2017/18 con los Nets (15,5 puntos, 3,9 rebotes y 5,2 asistencias en 48 partidos)

Cuando los Lakers draftearon a este jugador por delante de gente como Porzingis o Devin Booker entre otros, algunos observaban ansiosos en la posibilidad de ver una reencarnación de Brandon Roy gracias a su instinto anotador con una gran creatividad y facilidad para hacer las cosas. Además, tenía la pinta de ser un jugador ideal para vivir alrededor del ‘hype’ y el ‘glamour’ de los de oro y púrpura por su estilo de juego atrevido y la sensación de tener un elevado nivel de confianza en sí mismo.

En su primer año pudimos ver flashes de su potencial con alguna que otra actuación destacada o algún ‘clutch shot’ con el cual nos recordaba que tenía “hielo en las venas” y con ello despertaba la admiración de unos aficionados que veían en él a una de las piedras angulares de la etapa ‘post-Kobe’. Sin embargo, el famoso incidente con el vídeo filtrado de su compañero Nick Young, que le llevó a la ruptura con su entonces pareja Iggy Azalea, hizo que Russell perdiera toda credibilidad a ojos de la liga y los aficionados.

Además, su juego se ha caracterizado por la falta de consistencia en cuanto a los porcentajes de tiro y una mala toma de decisiones como base del equipo y en una franquicia tan exigente como los Lakers y que se encontraba en plena remodelación de su directiva, no hizo sino crear dudas sobre las expectativas depositadas en él. La llegada de Lonzo Ball como nuevo “mesías” y los planes del equipo para el verano de 2018 pusieron a Russell en el disparadero como parte compensatoria por el tóxico contrato de Timofey Mozgov que los Brooklyn Nets aceptaron en un traspaso que marcaba una nueva era para el ‘ex’ de Ohio State.

Ya el año pasado inició su etapa a un buen nivel, pese a que se fue desinflando poco a poco hasta que una artroscopia en su rodilla izquierda terminó por frenar cualquier intento de progresión. Ahora en su segunda campaña en Brooklyn, Russell se enfrenta a una temporada clave con el fin de ganarse una renovación que le permita convertirse en el timón de un equipo que, tras varios años en penumbras, comienzan a ver la luz en el horizonte. El núcleo joven y el estilo de juego por el que Kenny Atkinson está apostando debería permitirle brillar, aunque de momento haya jugadores como Caris LeVert o Spencer Dinwiddie, quienes parecen tener un mayor impacto en los resultados del equipo, poniendo en entredicho su posible renovación.

9º Brandon Ingram (draft de 2016) :

  • Equipo actual: Los Angeles Lakers
  • En cuatro años pasó de medir 1,88 metros a 2,06
  • Mejor temporada: 2018/2019 con los Lakers (16,1 puntos, 4,1 rebotes y 1,9 asistencias en, hasta ahora, 7 partidos)

Lo primero que viene a la cabeza de cualquiera al oír hablar de este jugador es la similitud que guarda con Kevin Durant: alero muy alto y delgado, con facilidad para anotar y cuya envergadura le convierte en un más que valorado defensor. En el caso de Ingram, juega en su contra un físico aún mas endeble que el de ‘KD’ cuando llegó a la liga, lo que le hace sufrir en los contactos y carecer de explosividad en su tren inferior.

No obstante, y pese a que su primer año dejó un sabor agridulce, Ingram demostró una notable mejoría en su juego y su capacidad para liderar a un equipo joven en plena reconstrucción y aunque no alcanzó las pretensiones que Magic Johnson vaticinó para él, demostró que su techo aún estaba lejos. Cabe tener en cuenta que sólo tiene 21 años y que su evolución depende, en gran parte, de una aparente mejora en el físico.

En esta temporada, la presencia de Lebron James va a permitir a Ingram alejarse de los focos y poder seguir creciendo, aunque eso no lo exime de poder ser utilizado como posible moneda de cambio en un ‘trade’ si el proyecto no funciona y la paciencia de ‘El Rey’ terminara por agotarse.

Pese a que Ingram no haya tenido un impacto inmediato como futura cara de la franquicia angelina, su evolución ha sido latente en estos dos años al igual que ocurrió en su etapa en Duke cuando se convirtió de la noche a la mañana en uno de los dos favoritos a número uno del draft. Y dicha progresión ha sido gracias a una enorme ética de trabajo, tal y como ha respaldado una leyenda en los banquillos como Mike Krzyzewski. Su juventud y su falta de físico son aspectos que rápidamente serán subsanados y con ello quizá podamos asistir a la próxima gran superestrella escogida en la segunda posición del draft.

10º: Lonzo Ball (draft de 2017):

  • Equipo actual: Los Angeles Lakers
  • De promediar un 41,2% en triples en su único año en UCLA ha pasado a un 31,1% en su corta carrera

Tanto la enorme expectativa y el circo montados por su entorno cercano (en concreto su padre) como el desplome producido en sus porcentajes de triples, han generado un conjunto de grises y claros sobre el potencial de este base al que muchos vislumbran como un perfil similar al de Jason Kidd por su capacidad para hacer mejor a sus compañeros, su visión del juego gracias a su ‘IQ’ y una buena capacidad reboteadora para su posición, aparte de que ambos se formaron en la prestigiosa universidad de UCLA.

Una clara muestra de la confianza depositada por los Lakers fue el traspaso de D’Angelo Russell tras sólo dos años de trayectoria, pero con un perfil distinto al de Lonzo y que no terminó de satisfacer a la directiva. No ha sido tanto el hecho de jugar en los Lakers o si tiene más o menos calidad sino toda la palabrería que su padre, Lavar Ball, fue soltando durante los meses previos al draft, creando así unas falsas expectativas y una animadversión inmerecida hacia el jugador.

Mientras su padre se ha dedicado a hablar, Lonzo se limitaba a jugar y en su primera temporada ha conseguido dejar muy buenas muestras de su capacidad para influir positivamente en el juego de su equipo sin necesidad de ser la anotación su principal arma. Se convirtió en el más joven en hacer un triple-doble en la historia de la NBA (Markelle Fultz se lo arrebató meses después) y eso, junto con otras actuaciones destacadas, lo ha ido alternando con sus constantes problemas en el tiro y una aparente falta de agresividad o carácter impropios del supuesto timón del equipo.

Al igual que en el caso de Ingram, el nuevo proyecto angelino debería alejar a Lonzo de los focos para así poder centrarse en progresar. No obstante, la llegada de Rajon Rondo me parece un error para dicha progresión, ya que los minutos de Lonzo se van a ver reducidos y el perfil de ambos jugadores imposibilita su cohesión en la cancha. Soy un gran admirador del estilo de juego de Lonzo Ball, pero si no consigue añadir ese punto de carácter a su personalidad, no vislumbro que su trayectoria siga vinculada a la de los Lakers y más teniendo en cuenta la actual exigencia por obtener resultados.

Tal y como hemos visto en este artículo, desde la llegada de Kevin Durant han pasado por la liga varias segundas elecciones en el draft, cada una con una historia diferente pero la gran mayoría comparten esa sensación de no haber alcanzado las expectativas requeridas a una elección tan alta. Pese a que jugadores como D’Angelo, Ingram o Lonzo son aún jóvenes y tienen margen para alcanzar su techo, lo cierto es que les está llevando más tiempo su camino al estrellato que a otros compañeros de su generación. Luego tenemos jugadores como Victor Oladipo que parece que por fin ha conseguido destaparse como la estrella que prometía ser, pero del que también se dudó durante sus primeros años. Es así como tras diez años seguimos a la espera del próximo número dos del draft llamado a marcar una generación. ¿Será Marvin Bagley III quien ocupe ese cargo? ¿o habrá que esperar otros diez años?

 

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