Juan Manuel Alonso Rodríguez. @juanma340
Tim Duncan vuelve a ser noticia: La semana pasada consiguió ser (tres años después) MVP de la semana en la NBA. Ahora es cuando nos preguntamos, si este talentoso ala-pívot (para muchos el mejor en esa posición de la historia) no ha hecho en estos tres años nada con lo que conseguir un reconocimiento de este calibre. En su temporada número 16 en la liga, «TImmy» puede estar verdaderamente orgulloso de su trabajo y de sus logros. Nadie ha sido bajo los aros tan elegante y efectivo; y menos durante tanto tiempo seguido, como este jugador nacido en Las Islas Vírgenes de Los Estados Unidos. (Ampliar)
Este artículo pretende repasar la historia baloncestística de un jugador cuyo pasado es mucho más que suficiente para demostrar lo que es; y cuyo presente,( y quién sabe si futuro) es casi igual de exitoso. Un jugador, que sin duda, pasará a la historia de este deporte por ser uno de los mejores jugadores que se hayan calzado unas zapatillas de baloncesto. Seguro que no soy el primero (ni el último) que elogia la calidad y la eficacia de este jugón que ha sido 13 veces All-Star, 2 veces MVP de la NBA y tiene nada menos que 4 anillos (con tres MVP de las finales).
Pero la grandeza de jugadores así no sólo reside en los títulos, sino en las sensaciones. Tim Duncan siempre ha tenido» algo» que lo ha hecho tan especial, nunca ha sido el más fuerte, ni el más alto, ni el más espectacular; pero sí ha sido durante muchos años EL MEJOR. Ese «algo» es la diferencia entre un jugador bueno y un jugador superior; ese «algo» es lo que diferenciaba de los demás a Bird, a Magic e incluso a Jordan. Muchos vendrán que serán fuertes, atléticos, tendrán unos números impresionantes; o batirán records estratosféricos; pero esto es la NBA; y sin ese «algo» no serás más que un gran jugador de segunda.
31 de Octubre de 1997. En la ciudad de Denver, los spurs comenzaban una esperanzadora temporada. Habían conseguido la primera elección del Draft tras una penosa temporada de 20-62 y todas las esperanzas estaban en la joven estrella procedente de la universidad Wake Forest. Allí «Timy» había estado cuatro años promediando más de 16 puntos y 12 rebotes por partido y se había hecho un nombre en la NCAA, pero lo Spurs no sabían hasta donde podría llegar su pupilo.
Hoy, 15 años después, Duncan puede decir orgulloso que tiene nada menos que cuatro campeonatos, y que ha sido uno de los jugadores más regulares de la historia de la NBA. Le avala un récord histórico, que son 12 temporadas consiguiendo más de 50 victorias en temporada regular. Esto es, (por lo menos bajo mi punto de vista) la grandeza de este jugador. Duncan no reventará los tableros ni humillará a defensores pasándoles por encima, pero ganará partidos jugando un baloncesto exquisito.