FERNANDO SIGUE AQUÍ

 

Víctor Rodríguez Asensio. @Victor_rdez
Ayer se cumplieron 23 años de la pérdida de un mito. Fernando Martín Espina falleció el 3 de diciembre de 1989 en un accidente de tráfico en la M-30 y desde aquí queremos recordar su trayectoria, su personalidad y su valentía siendo el primer jugador nacido en España que cruzó el charco para cumplir el sueño de todo un país.
 
Fernando Martín inició su andadura en el deporte de la canasta en el Estudiantes, en categoría juvenil allá por el año 1978. Antes había destacado en otros deportes como tenis de mesa, natación o balonmano pero afortunadamente para nosotros se decidió por el baloncesto. Muy pronto destacó en su equipo y con tan sólo 19 años ya era una pieza importante en el Estudiantes subcampeón de liga en 1981. Ese mismo año recorrió el típico camino que une Serrano con la Castellana y así el Real Madrid se hizo con el joven pívot que más tarde se convertiría en leyenda.
 
En su primer partido con el club blanco Fernando anotó 50 puntos, demostrando desde el principio su fuerza y su liderazgo. Entre 1981 y 1985 se consagra como uno de los dominadores del baloncesto español y europeo y así lo demuestra la consecución de títulos obtenidos con el Real Madrid durante estos años. Hasta que en 1985 recibe la llamada de un tipo que le habla en inglés. Fernado decide acudir a Lluís Cortés, ayudante del por entonces seleccionador español, Díaz Miguel, quien descubre que el tipo no es otro que el General Manager de Los Angeles Lakers, Jerry West, quien está muy interesado en seleccionar a Martín en el próximo Draft. Pero lo que no esperaban los Lakers es que pasara desapercibido para el resto de equipos A.C. Green, al que no dudaron en seleccionar en el puesto 23 y así Fernando bajó hasta la elección de los New Jersey Nets en el puesto 38.
 
Fernando tomó contacto por primera vez con el mundo NBA en un campus con los Nets, pero decide posponer el Salto con el aliciente de poder disputar el mundial de baloncesto celebrado en España. Y así llegamos al gran acontecimiento del que fuimos testigos en 1986, tras el fichaje del español por el equipo de los Portland Trail Blazers, un momento histórico, imposible para muchos pero no para él. El inconformismo era uno de los rasgos más característicos de Fernando y Europa se le había quedado pequeña por lo que decidió dar ese Salto y el 31 de octubre de 1986 vimos a nuestro Neil Armstrong enfundarse la camiseta de los Blazers y pisar el parquet norteamericano durante 2 minutos y 2 segundos históricos. Pero la temporada se intuía muy complicada para Martín y desafortunadamente coincidió con un entrenador novato muy poco aperturista, el actual ayudante de los Bucks, Mike Schuler. Quien decidió utilizar a un jugador acostumbrado a pisar la pintura y a desarrollar su depurado tiro de tres metros como un alero abierto. Algo que perjudicó notablemente las aspiraciones de Fernando en la NBA, quien podría haberse labrado una carrera respetable en el continente americano si en esa época no hubiese existido esa corriente tan cerrada hacia los europeos que no hayan pasado por la universidad norteamericana.

 

La temporada 1986-1987 finalizó para Martín con unos números de 24 partidos disputados, 146 minutos jugados, 22 puntos anotados y 28 rebotes capturados pero no fue ni mucho menos un fracaso, nada más lejos, fue el ariete que derribó la puerta de la NBA y se convirtió en el primer jugador español en jugar en la NBA y en el segundo europeo tras Glouchkov.
 
Tras la aventura americana Fernando regresó al Real Madrid firmando un histórico contrato de 100 millones de pesetas anuales. Se encontró a un Barcelona en plena hegemonía y a un nuevo rival contra el que se enfrentaría regalándonos duelos épicos, Audie Norris. Los partidos que enfrentaban a estos dos titanes eran más que una victoria o una derrota, era una guerra. Tirones de camisetas, arañazos, puñetazos… los dos jugadores se dejaban todo en el campo, por un rebote, un balón perdido, afortunados aquellos que pudieron ver y disfrutar de los duelos entre estos dos gigantes, sin recurrir a youtube.
 
Llegamos así al fatídico día del 3 de diciembre de 1989. El Real Madrid se enfrentaba al CAI Zaragoza en el Palacio de los Deportes, aquel partido Fernando era baja, pero no iba a ser excusa para no estar al lado de sus compañeros. Aquel domingo lluvioso salió de casa antes que ningún día de partido se montó en su Lancia Thema y en un abrir y cerrar de ojos en aquella fatídica curva perdimos al jugador más grande del baloncesto español, pero sobre todo perdimos a la gran persona que era Fernando Martín. El accidente se produjo debido a la excesiva velocidad que provocó la invasión del sentido contrario impactando contra otro vehículo conducido por un desafortunado Ricardo Delgado. Muy pronto los rumores llegaban al vestuario blanco, un jugador de baloncesto del Real Madrid había sufrido un accidente y se encontraba muy grave. Estos momentos fueron de máxima tensión para los jugadores que iban llegando al vestuario y se iba tachando la lista de posibles víctimas. Solo faltaban dos, Quique Villalobos y Fernando Martín. El primero entró alarmado y preguntando a sus compañeros quienes al verle acababan de descubrir la verdad, nunca volverían a ver a su amigo Fernando. Las caras en el vestuario eran de hombres destrozados, impotentes ante la desgracia y para uno especialmente, Antonio Martín, hermano de Fernando.
Aquel día está grabado en el recuerdo para todos los que lo vivieron, toda un generación se acuerda de lo que estaba haciendo en el momento en que oyeron la voz de Ana Castells informarles del suceso. El país entero se paralizó. Las imágenes del coche destrozado y de una de las fotos que llevaba para firmar autógrafos, ensangrentada en el frío asfalto de la M-30 recorría todas las casas.
 
Dos días después de la desgracia el Real Madrid jugaba contra el PAOK de Salónica. Los jugadores se encontraban desolados pero con una entereza y una fuerza sacada por el recuerdo hacia Fernando, saltaron al parquet y jugaron por y con él. En el banquillo una camiseta de Fernando ocupaba una de las sillas, emocionados los jugadores se enfrentaron a su rival, al término de la primera parte el equipo blanco perdía comprensiblemente por 13 puntos. Pero entonces se vivió en el Palacio de los Deportes la noche más emocionante para el club más grande de Europa, a pesar de haber ganado 8 Copas de Europa sin duda la noche más especial fue la de aquel 5 de Diciembre. El equipo que caía por 13 puntos salió coreado por el público a grito de: “Fernando está aquí, Fernando está aqui” y aquellos jabatos le dieron la vuelta a un partido histórico que lograron ganar como no, como le gustaba a Fernando con su clásico grito de: “Hay que ganar por veinte” , pues va por tí ,Fernando, por 21, 92-71, impresionante la actuación de su hermano Antonio que terminó el partido con 18 puntos y 16 rebotes. Los gritos de los aficionados: “Se nota, se siente, Fernando está presente” aún a día de hoy te ponen los pelos de punta y ver a gigantes de más de dos metros llorar como niños y fundirse en un abrazo con la madre del fallecido es realmente emotivo. Ver a su máximo rival, Audie Norris, llorar a moco tendido y dirigirse a abrazar a la madre de aquel guerrero con el que se intercambiaba codazos, puñetazos y que nunca más podría luchar contra él, te deja sin palabras.

 

George Karl, actual técnico de los Denver Nuggets y que ha ganado más de 1000 partidos en la NBA, era el entrenador del Real Madrid y ha confesado que lo vivido entre aquel dichoso domingo y el martes del partido contra el PAOK, ha sido lo más especial y lo más recordado de toda su carrera. 
 
Fernando Martín nos dejó aquel infausto domingo, pero sigue vivo siempre que hablamos de su peculiar carácter y de todas las anécdotas que nos dejó para el recuerdo que muestran su fuerte personalidad. Un ejemplo claro lo podemos ver nada más llegar a la NBA, cuando se encontró que en su camiseta no ponía Martín si no Martin, él se negó a jugar con esa elástica y exigió que se le pusiese tilde a la “i”, también fue el primero en jugar con tilde en una camiseta. Otro ejemplo le podemos ver durante un Real Madrid-CAI en el Palau, donde los blancos tenían todo perdido a falta de pocos segundos. Lolo Sainz pidió tiempo muerto y entonces, Fernando ocupó el centro del corrillo de sus compañeros y se puso a gritar, bien alto, para que le escucharan en el banquillo contrario: “Lolo, tranquilo, esto está ganado”. Fernando Martín salió, se marcó un triple a tablero y ganó el partido.
Inconformista, competitivo, ambicioso, fuerte, ganador, guerrero. Fernando fue todo esto y más. Consiguió pasar la línea del deporte y convertirse en un icono de todo un país, una referencia para miles de chavales que empezaban a descubrir lo maravilloso de este deporte. Gracias a gente como él la afición creció y la gente empezaba a quedarse durante las madrugadas para ver a Trecet y su “Cerca de las estrellas”. Han pasado 23 años pero todavía se sigue hablando de ti, Fernando, porque todavía “estás aquí”

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